Guía rápida para contratar un depósito a plazo
Los depósitos a plazo son productos de ahorro que ofrecen una rentabilidad asegurada siempre que se mantenga el dinero durante un plazo determinado. Cuando este finaliza, el banco ingresa al cliente el dinero que depositó en un inicio más el correspondiente al retorno prometido.
Tras su vuelta a los catálogos bancarios, la oferta actual es amplia y a veces puede ser difícil elegir cuál es el más adecuado. Por eso, a la hora de seleccionar un depósito a plazo, es muy útil considerar estos aspectos.
¿Cuál es el perfil más apropiado para contratar un depósito a plazo?
Los depósitos a plazo son productos adecuados para los que quieran ahorrar asumiendo un riesgo bajo. No solamente la recuperación del capital inicial y de la rentabilidad están garantizadas, sino que en el caso de que la entidad tuviera algún problema de solvencia, la recuperación del dinero estaría comprometida por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD)1.
Eso es en el caso de entidades con licencia bancaria en España, pero los bancos de otros países europeos también cuentan con esta garantía de su propio fondo nacional.
Este escaso riesgo, que repercute en un bajo retorno, hace que este producto sea adecuado para un perfil de inversor conservador más que para uno agresivo.
Rentabilidad de los depósitos a plazo
En todo caso, la rentabilidad es el aspecto que más llama la atención de un depósito. Generalmente, viene expresada como TIN anual y como TAE y es necesario conocer qué significan estas siglas.
La tasa de interés nominal anual (TIN anual) es, básicamente, el interés que la entidad paga al cliente por el depósito, mientras que la tasa anual equivalente (TAE) recoge esa información más la relativa a las comisiones y los gastos asociados2.
En la actualidad, Openbank ofrece un depósito a plazo fijo de 6 meses y un depósito a plazo fijo de 3 meses.
Plazo de vencimiento y cancelación anticipada de un depósito a plazo fijo
Otro aspecto a considerar es el plazo de vencimiento de un depósito. Cuando se contrata este producto, se hace con la condición de no retirar el dinero invertido en un tiempo concreto, que puede ser de tres, seis, nueve, doce, dieciocho, veinticuatro o treinta y seis meses. Algunas entidades fijan plazos distintos, pero estos son los más comunes.
Así, si el cliente decide retirar el dinero depositado antes de tiempo, no va a lograr la rentabilidad pactada con el banco. De hecho, lo más normal es que la entidad incorpore a la contratación una cláusula según la cual si el cliente saca el dinero, recibirá una rentabilidad inferior a la ofrecida para el plazo completo.
Requisitos de vinculación
En el mercado se pueden encontrar muchos tipos de depósitos a plazo fijo y algunos exigen cumplir ciertos requisitos para poder obtener la rentabilidad ofrecida. El más habitual es tener que domiciliar la nómina (o pensión o ingresos recurrentes) en la entidad o la contratación de otro producto, como un fondo de inversión.
En todo caso, casi todas las entidades requerirán al cliente es que se abra una cuenta corriente, desde la que se gestionará el pago de los intereses y a la que se ingresará el dinero cuando se alcance la fecha de vencimiento del depósito.
Fiscalidad de los depósitos a plazo
Los intereses derivados de los depósitos tienen la consideración de rendimientos de capital mobiliario. En la mayoría de los casos los intereses que te paga el Banco por haber contratado un depósito estarán sujeto a retención que hará el Banco en tu nombre y así tendrás que registrarlo en la declaración de la renta. La tributación se tiene que hacer por los intereses que te paga el Banco, no por el capital por el que hayas contratado el depósito.
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