¿Qué tipos de préstamos existen?

Los préstamos financieros son una herramienta a la que recurre mucha gente para obtener financiación. Lo que no saben muchos es que hay diversos tipos de préstamo en función de cuál sea la garantía aportada.

A grandes rasgos, podemos decir que un préstamo es una operación en la que una entidad entrega a una persona una cantidad de dinero, que debe devolver en el plazo de tiempo acordado, junto con el pago de unos intereses fijados1.

Cabe señalar que los préstamos no deben confundirse con los créditos, ya que estos últimos la cantidad de dinero solicitada no se entrega de una vez (como sucede en los préstamos), sino que el solicitante puede disponer del importe en función de sus necesidades y, de hecho, puede no hacer uso de todo el importe concedido. Además, solo pagará intereses de la parte que utilice, mientras que en los préstamos se abonan intereses por toda la cantidad concedida2.

La garantía y los tipos de préstamos

Antes de conceder un préstamo, las entidades examinan la solvencia del solicitante (prestatario) para intentar asegurarse de que van a poder devolver el préstamo y los intereses. Además, pueden solicitar una garantía con la que hacer frente al pago en caso de insolvencia3. En función de dicha garantía, los préstamos se pueden clasificar en diferentes categorías.

  • Préstamos con garantía personal. En este caso, el prestatario (o un tercero) responde al préstamo con su patrimonio personal presente y futuro, pero no hace falta que sean bienes concretos, sino simplemente ingresos con los que se justifica que se pueden afrontar los pagos3.
  • Préstamos con garantía real. En esta clase de préstamos sí hace falta un bien concreto, que esté libre de cargas y que sirva como garantía. En caso de que no se haga frente al pago de la deuda, la entidad puede ejecutar dicha garantía. Normalmente, esta modalidad se utiliza cuando el importe del préstamo es elevado. Por ejemplo, como garantía puede ponerse una vivienda o un inmueble y en ese caso será un préstamo con garantía hipotecaria. También cabe la posibilidad, dentro de las garantías reales, de que la garantía sea pignoraticia. Es decir, que no sea un inmueble y sean joyas, acciones, participaciones en fondos de inversión, etc.
  • Préstamos con ambas garantías. Ambos tipos de garantías (personales y reales) pueden convivir en algunos préstamos como, por ejemplo, los préstamos hipotecarios, donde las garantías son los ingresos del prestatario y, en muchos casos, también el inmueble que se quiere adquirir con dicho préstamo4.
  • Préstamos sin garantías. Son aquellos para los que no se exige ningún tipo de garantía. Sin embargo, dado que los riesgos que asume la entidad que presta el dinero son mayores, los tipos de interés que se suelen cobrar en estos préstamos también lo son.

Así, en función de cómo sea la garantía, se clasifican los préstamos. Normalmente, cuanto mayor importe se solicita, mayor tienden a ser las garantías que solicitan las entidades a los prestatarios para tratar de cubrir el riesgo de insolvencia.

En el caso de Openbank, la garantía de los préstamos personales es el patrimonio (garantía personal).