¿Se puede cambiar una hipoteca de variable a fija?

Si tienes una hipoteca variable, seguramente te hayas preguntado en algún momento si podrías cambiarla a una fija. Una duda que suele aparecer cuando las fluctuaciones del euríbor encarecen las cuotas. La respuesta corta es sí, es posible cambiar una hipoteca de variable a fija. No obstante, hay que valorar aspectos como los requisitos y costes asociados y, en definitiva, si realmente merece la pena. En estas líneas te explicamos todo lo que necesitas saber y cómo pasar de una hipoteca variable a fija: pasos a seguir, condiciones, gastos, ejemplos y los posibles escenarios que pueden ayudarte a tomar la mejor decisión.
¿Cómo cambiar la hipoteca de variable a fija?
Antes de nada, debes saber que hay diferentes vías para cambiar una hipoteca variable a fija. En concreto, estas tres son las comunes y habituales.
1- Novación
La novación es el proceso mediante el cual renegocias las condiciones de tu hipoteca con el banco actual. Con ella puedes modificar condiciones como el tipo de interés, el plazo o el importe pendiente. Además, suele ser ágil y no implica cambiar de entidad.
Por ejemplo: si tienes una hipoteca con un diferencial del 1 % y el euríbor está en tendencia alcista, podrías solicitar renegociar con el banco con el fin de obtener un tipo de interés fijo que te permita ganar estabilidad en tus cuotas.
2- Subrogación
La subrogación consiste en trasladar tu hipoteca a otro banco que te ofrezca mejores condiciones. Eso sí, este proceso suele ser más largo que la novación y, normalmente, conlleva gastos adicionales, como la comisión por subrogación, si está contemplada en tu contrato.
Por ejemplo: tu banco actual no está dispuesto a renegociar y otra entidad te ofrece un tipo fijo más atractivo. En este caso, podrías valorar la subrogación.
3- Cancelación y nueva contratación
Este cambio de hipoteca de variable a fija implica cancelar el crédito actual y pedir una hipoteca con nuevas condiciones. Por eso, solo suele ser aconsejable si las condiciones de la nueva son significativamente mejores.
Ejemplo: si el euríbor supera el 4% y encuentras una hipoteca fija al 2,8 %, podría compensarte este cambio a pesar de los gastos iniciales.
En cualquier caso, si quieres cambiar las condiciones de un crédito hipotecario, lo primero que debes hacer siempre es calcular qué opción se ajusta mejor a tu situación. Para eso, utiliza herramientas como nuestro simulador de cambio de hipoteca.
Requisitos para cambiar tu hipoteca de variable a fija
Antes de realizar el cambio, es importante que conozcas todos los requisitos que suelen exigir los bancos. Pueden variar entre uno y otro, pero normalmente te pedirán:
- Situación financiera estable. Los bancos analizarán tu solvencia económica y tu capacidad de pago.
- Valor actual del inmueble. Es posible que tengas que hacer una nueva tasación de tu vivienda.
- Plazo restante. Generalmente, los cambios son más rentables en los primeros años de la hipoteca debido a cómo se estructura la cuota de una hipoteca con el sistema de amortización francés (al inicio se pagan más intereses, por lo que cambiar de hipoteca puede ayudar a reducirlos).
- Historial crediticio Un buen historial de pagos facilitará la renegociación.
Además, en cuanto a los documentos que necesitas presentar, cada entidad fija los suyos. En el caso de Openbank, son los siguientes:
- DNI o NIF: anverso y reverso, si no eres cliente de Openbank.
- Último recibo de los préstamos e hipotecas que tengas en otras entidades financieras.
Si eres trabajador por cuenta ajena, además:
- Declaración de IRPF del último ejercicio fiscal.
- Las 2 últimas nóminas y los justificantes bancarios de su ingreso.
- Si has cambiado de trabajo en el último año, tendrás que aportar tu contrato de trabajo o, en su defecto, las 6 últimas nóminas con el justificante bancario de las dos últimas.
- Informe de vida laboral.
Si eres autónomo, además del DNI o NIF y del último recibo de los préstamos e hipotecas que tengas en otras entidades financieras:
- Declaración de IRPF de los 2 últimos ejercicios fiscales.
- Uno de los siguientes documentos: Modelo 390 de IVA anual, Modelo 130 de IRPF del último trimestre o Modelo 303 de IVA del ejercicio en curso.
- Informe de vida laboral.
Y si eres pensionista, además del DNI o NIF y del último recibo de los préstamos e hipotecas que tengas en otras entidades financieras:
- Declaración de IRPF del último ejercicio fiscal.
- Certificado anual de pensión.
Estos documentos no dejan de ser los requisitos de una hipoteca que te piden cuando vas a contratar una desde el primer momento.
¿Qué gastos hay por cambiar de una hipoteca variable a una fija?
Debes tener en cuenta que el cambio de una hipoteca de variable a fija suele implicar ciertos gastos. Todo dependerá de cada caso, pero podrías encontrarte con cualquiera de todos estos posibles costes:
Concepto | Coste estimado |
---|---|
Comisión por novación | Su coste es el que se indique en tu escritura de préstamo. Para el caso de la novación del plazo de vencimiento, la comisión está limitada legalmente, no pudiendo exceder del 0,1% del capital pendiente de amortizar. |
Comisión por subrogación | Entre el 0,25 % y el 0,50 % |
Comisión por amortización anticipada | Entre el 0,15 % y el 0,25 % del capital en las hipotecas contratadas desde junio de 2019, dependiendo de los años de vigencia del préstamo. |
Tasación del inmueble | Puede variar en función del tipo de inmueble, la ubicación y la entidad tasadora. Este gasto lo paga el cliente. |
Notaría y registro | El arancel notarial está regulado por ley y dependerá del importe de la hipoteca, al igual que el coste del registro. Este gasto no lo paga el cliente. |
Gestoría por el cambio | Puede variar según la complejidad del proceso y la entidad financiera con la que se gestione. Este gasto no lo paga el cliente. |
Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (IAJD) |
Este gasto no lo paga el cliente, aunque sea una novación o una subrogación, en el caso de que tenga Hipoteca. |
Es fundamental calcular estos gastos y compararlos con los beneficios de cambiar a un tipo fijo. Será la mejor forma de estimar el impacto económico de tu decisión.
¿Cuándo puede merecer la pena cambiar tu hipoteca variable a fija?
También, como te decíamos al principio, el cambio puede ser interesante en determinados contextos o situaciones:
- Euríbor en tendencia al alza. Si el euríbor está subiendo y se espera que continúe así, una hipoteca fija podría protegerte de incrementos futuros que encarezcan tus cuotas.
- Estabilidad en las cuotas. Si prefieres pagar una cantidad fija cada mes sin depender de fluctuaciones, el cambio puede ser la solución ideal.
- Condiciones favorables. Si encuentras una hipoteca fija con un tipo de interés competitivo y los gastos del cambio no son elevados. Aun así, piensa también en los costes que conlleva el traslado de la hipoteca o su novación.
Un ejemplo práctico:
Si actualmente pagas 900 € mensuales con una hipoteca variable y una subida del euríbor hace que tus cuotas pasen a ser de 1.100 €, podrías beneficiarte al cambiar a una hipoteca fija que mantenga tu cuota estable en 950 €.
En cambio, si tu hipoteca variable tiene un diferencial muy bajo o si te quedan pocos años de amortización, quizá no te merezca la pena el cambio.
¿Se puede renegociar la hipoteca con el banco?
Para cambiar condiciones siempre puedes hablar con tu entidad. Es posible renegociar tu hipoteca con el banco a través de una novación, como decíamos.
Para llegar a un acuerdo con tu entidad, podrías seguir estos pasos:
- Analizar tu situación financiera. Primero haz números y asegúrate de que puedes afrontar una hipoteca fija con el tipo de interés que te ofrezcan.
- Investigar el mercado. Comparar las condiciones que estén ofreciendo en este momento otras entidades para negociar con argumentos razonables y de peso.
- Contactar con tu banco. Expón tu intención de cambiar a una hipoteca fija y negocia las nuevas condiciones.
- Solicitar asesoramiento. Si no tienes grandes conocimientos financieros, valora la posibilidad de pedir asesoramiento de un experto hipotecario para maximizar tus opciones.
De hecho, a la hora de renegociar las condiciones de una hipoteca, hay tres errores que se cometen muy frecuentemente:
- No calcular correctamente los gastos asociados al cambio.
- No revisar las condiciones de tu contrato actual.
- No comparar todas las opciones que ofrecen otros bancos.
Aparte, hay que dejar claro algo que está recogido por la ley: el banco no está obligado a aceptar el cambio. Pero, si eres un cliente solvente y con un buen historial crediticio, es más probable que puedas llegar a un acuerdo.
Así que, sí, cambiar una hipoteca variable a fija es posible y puede ser acertado en ciertos casos. Influyen la situación financiera, las condiciones del mercado y las preferencias personales. Sin embargo, conlleva unos gastos y requisitos que hay que conocer y pensar. Solo así podrás tomar una decisión informada y adaptada a ti.
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