Test de conveniencia y test de idoneidad: qué son y para qué sirven
Todo inversor debe invertir en productos y servicios financieros que se adecúen a su perfil inversor y a sus conocimientos financieros. Pues bien, para asegurar precisamente eso, los bancos y entidades financieras hacen los test MiFID, que consisten en dos pruebas esenciales: el test de conveniencia y el test de idoneidad. Estas evaluaciones, reguladas por la normativa MiFID, garantizan que las inversiones a contratar por el cliente se adapten a sus conocimientos, experiencia, situación financiera y objetivos de inversión. Son conceptos básicos en el mundo de la inversión que te explicamos en detalle a continuación.
¿Qué es el test MiFID? ¿Y para qué se hacen los tests de conveniencia e idoneidad?
El test MiFID está regulado por la directiva europea MiFID, que busca proteger a los inversores y promover la transparencia y eficiencia de los mercados financieros. Esta ley, muy popular en el plano de las finanzas, se aprobó en el año 2007 y fue actualizada con MiFID II en 2018. Desde su entrada en vigor, esta norma establece las pautas a seguir por las entidades financieras a la hora de ofrecer productos de inversión acordes a los distintos perfiles de inversores.
En ella se recogen los dos tipos de tests MiFID que vamos a detallar: el test de conveniencia y el test de idoneidad, ambos necesarios para cumplir los requisitos. Su objetivo es garantizar que los productos que contrata el cliente se ajusten a su experiencia y su capacidad financiera.
¿Qué es un test de conveniencia?
El test de conveniencia es un cuestionario que las entidades financieras hacen a sus clientes para determinar si un producto o servicio de inversión es adecuado para ellos. Este test evalúa los conocimientos y la experiencia previa del inversor. Por eso, indaga sobre:
- Instrumentos financieros con los que el cliente está familiarizado.
- Frecuencia y volumen de inversiones que ha realizado.
- Nivel educativo y profesión del cliente.
El examen es especialmente importante cuando se trata de productos financieros complejos. De hecho, si el resultado del test de conveniencia no es favorable, la entidad debe advertir al cliente que el producto no es adecuado a su perfil inversor antes de seguir adelante con la contratación.
Por ejemplo, si un cliente sin experiencia previa intenta invertir en un producto financiero derivado, que es considerado complejo, el test indicará que dicho producto no es conveniente para él. Es por eso que, antes de cualquier inversión, es recomendable leer e informarse sobre cómo funcionan los fondos de inversión.
Pero ¿puedes negarte a realizar el test de conveniencia?
Por su parte, el cliente puede negarse a realizar el test de conveniencia, aunque la entidad deberá advertirle de los riesgos asociados. En caso de querer continuar con la contratación de un producto complejo sin haber hecho el test, el inversor tendrá que firmar un documento en el que reconoce la falta de evaluación de conveniencia. De esta forma, se protege tanto al cliente como a la entidad financiera.
¿Qué es el test de idoneidad?
El test de idoneidad es más exhaustivo, ya que evalúa tanto los conocimientos del cliente, como su situación financiera y sus objetivos de inversión. En este caso, el test es una herramienta fundamental de cara a ofrecer una gama de productos o servicios adaptados a su perfil inversor.
Entre los aspectos que se valoran en el test de idoneidad están:
- Ingresos y capacidad para soportar las pérdidas.
- Patrimonio y gastos habituales.
- Tolerancia al riesgo y objetivos de inversión a largo plazo.
El objetivo del test de idoneidad es asegurar que el producto o servicio que quiere contratar el cliente es idóneo o adecuado a su perfil inversor. Por tanto, es de especial importancia que se proporcione información verídica.
¿Es obligatorio el test de idoneidad?
El test de idoneidad es obligatorio y deben realizarse por todos aquellos inversores que deseen acceder a productos y servicios financieros regulados bajo la normativa MiFID. Esto es, no se exigirá un test de idoneidad para contratar productos simples como cuentas o depósitos. En cambio, sí es obligatorio para invertir principalmente en temas de asesoramiento en materia de inversiones, o en gestión discrecional de carteras.
Diferencias entre el test de conveniencia e idoneidad
En este punto, quizás ya has intuido que hay una diferencia clave entre ambos tipos de test. Y es que, aunque tanto el test de conveniencia como el test de idoneidad se enmarcan dentro de la normativa MiFID, tienen un enfoque distinto:
- El test de conveniencia evalúa si el cliente tiene los conocimientos suficientes para comprender un producto financiero específico.
- El test de idoneidad, aparte de los conocimientos, analiza la situación financiera y los objetivos de inversión del cliente para ofrecerle recomendaciones personalizadas.
Ambos tests tienen la misión de proteger a los inversores, pero su aplicación depende del producto o servicio a contratar. Estas evaluaciones, obligatorias en algún caso, te protegen frente a productos o servicios que no se adaptan a tu perfil inversor. En definitiva, si estás pensando en invertir o buscas asesoramiento financiero personalizado, infórmate y consulta con un experto.
De todas formas, para profundizar más sobre opciones de inversión y sus riesgos, nuestro artículo sobre la diferencia entre depósitos y fondos de inversión aclara muchas dudas.
Además, en caso de que quieras saber más sobre el impacto de los mercados en tus inversiones, los flash de mercados que publicamos con regularidad te informará sobre la última hora de los mercados.
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