¿En qué consiste una refinanciación hipotecaria?
Como su propia denominación indica, refinanciar una hipoteca consiste en cambiar sus condiciones de financiación. Es decir, se produce una variación en cualquiera de ellas —o en todas–: desde los intereses, hasta los plazos o el importe de las cuotas mensuales.
La refinanciación de la hipoteca es una medida habitual en este tipo de productos bancarios, ya que abre nuevas opciones a quienes la tienen contratada.
Objetivos de refinanciar una hipoteca
Los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística ofrecen un atisbo de cuáles son los principales objetivos de la refinanciación, aunque todos se podrían resumir en el hecho de mejorar las condiciones de la hipoteca. No obstante, los principales suelen ser los siguientes:
- Pagar una cuota mensual menor. Como se puede adivinar, esto supone aumentar el plazo de amortización, pero ayuda a mejorar la capacidad para hacer frente a los pagos.
- Cambiar el tipo de interés. La tendencia que apunta el INE va en esta línea, tanto para optar a tipos de interés más bajos como para cambiar a una hipoteca a tipo fijo. En ocasiones, esta segunda opción puede acarrear un mayor desembolso, pero a la vez aporta estabilidad en la cuota, lo que ayuda a una mejor planificación de la economía familiar. No obstante, el objetivo final suele ser abaratar la hipoteca.
- Aumentar el capital para hacer frente a nuevos pagos. En ocasiones, al refinanciar la hipoteca se busca contar con una mayor suma de dinero para ganar poder de inversión o para afrontar algún otro gasto inesperado.
- Acortar el plazo de amortización. En este caso, el deudor trata de reducir el tiempo que estará pagando.
- Cambiar a los titulares. Cuando dos o más personas han adquirido un inmueble, y hay que realizar algún cambio en los titulares.
¿Cómo se hace una refinanciación de la hipoteca?
Sobre los modos para refinanciar una hipoteca, podemos apuntar los siguientes detalles:
- Novación de hipoteca. Se trata de una renegociación del préstamo hipotecario entre el banco y el cliente cuando este solicita cambiar las condiciones firmadas en un primer acuerdo.
- Subrogación de hipoteca. En este caso, el cliente decide trasladar su hipoteca a otra entidad bancaria para conseguir condiciones más beneficiosas.
- Contratación de una hipoteca nueva. Consiste en realizar una amortización anticipada de la hipoteca para suscribir un nuevo préstamo que se adecúe mejor a las necesidades del solicitante.
Todas ellas tienen gastos asociados, los cuales suelen variar dependiendo de las condiciones firmadas con anterioridad y de las tarifas que tenga cada entidad bancaria. Así pues, el hecho de elegir una u otra en el momento de la refinanciación del crédito hipotecario será una cuestión que deba dirimir el solicitante en cada caso.
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