¿Qué es el DFI de un fondo?
Uno de los documentos que debemos conocer antes de invertir en un fondo es el Documento de Datos Fundamentales para el Inversor (DFI), que también se conoce como KIID, por sus siglas en inglés (Key Investor Information Document). Un documento que, según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)1, todas las entidades comercializan fondos de inversión tienen la obligación de entregar al inversor junto con el informe semestral del fondo, es decir, la evolución de dicho producto en los últimos seis meses.
Se trata de un documento sencillo y de una extensión de alrededor de dos páginas que reúne los principales aspectos del fondo que el inversor debe conocer antes de tomar cualquier decisión de inversión, ya sea invertir (suscribir participaciones) o reembolsar sus activos. Es un resumen del folleto completo del fondo, en el que la información es más detallada e incluye, entre otros aspectos, el reglamento de gestión de fondo.
¿Cuál es la información que recoge exactamente el DFI?
Como hemos mencionado, el DFI recoge de forma sucinta los datos más relevantes:
Datos identificativos del fondo. Figura el nombre del producto, nombre de la gestora, el código ISIN2 (código de 12 caracteres que sirve para identificar los valores mobiliarios) y el número de registro en la CNMV.
Objetivos y política de inversión. Describe cuál es la estrategia de inversión del fondo. Es decir, si es un fondo de renta variable, renta fija o mixto; cómo invierte el patrimonio o si tiene un índice de referencia o no, entre otros aspectos.
Perfil de riesgo y remuneración. En este apartado, figura una escala numérica que identifica el perfil de riesgo del fondo. Dicha escala va del 1 al 7, siendo 1 el perfil de riesgo más bajo y 7 el más elevado. Así, si un fondo tiene un perfil 3, tendrá un perfil de riesgo medio. Esta referencia facilita que el inversor sepa si el fondo se ajusta a su perfil o no.
Gastos corrientes y comisiones. Aquí figuran, por un lado, las comisiones del fondo. Es decir, lo que el partícipe tendrá que abonar en concepto de gastos de gestión, comisión de depositaría, o comisiones de reembolso o suscripción, si las tuviese el fondo. Por otra parte, también tendrá que estar reflejado el denominado TER (Total Expense Ratio), que recoge los gastos totales del fondo. Esta cifra es muy relevante, ya que el TER afecta directamente a la rentabilidad del fondo. Así, cuanto mayor sean los gastos del fondo —es decir, cuanto más alto sea el TER—, menor será el potencial beneficio que pudiera obtener el partícipe, puesto que los gastos se descuentan de los rendimientos obtenidos por el fondo.
Rentabilidad histórica. Para facilitar la tarea al inversor, en el DFI la rentabilidad figura representada en un gráfico de barras en el que se refleja la rentabilidad del fondo en los últimos 10 años. En los casos en los que el fondo no cuenta con tanta trayectoria porque su lanzamiento ha sido posterior a ese periodo, se incluye una simulación. Además, es en este apartado donde se incluye una de las frases más repetidas en la industria de inversión y de la que todo inversor debe ser plenamente consciente: rentabilidades pasadas no aseguran rentabilidades futuras.
Información adicional o práctica. Aquí el inversor puede encontrar datos como la inversión mínima, la fiscalidad que tiene el fondo o donde se pueden encontrar otros documentos del fondo.
Así, como hemos dicho, el DFI es un resumen de la información esencial de un fondo (pero no el folleto completo), mediante el que se intenta que sea más sencillo y claro para un inversor conocer ciertos aspectos esenciales antes de adoptar una decisión de inversión. Se trata, eso sí, de un documento oficial que se registra en la CNMV.
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