Análisis técnico vs. fundamental: qué aporta cada uno a la hora de invertir.

Todo inversor que quiera acercarse al mundo de la bolsa necesita de vez en cuando una ayuda para conocer qué compañías lo están haciendo bien y cuáles tienen un futuro prometedor por delante, por lo que vale la pena arriesgarse a invertir en ellas. En este sentido, el análisis técnico y el fundamental son básicos para cualquier inversor. Pero, ¿cuál es la diferencia entre ambos?

Análisis fundamental

Según la definición que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) recoge en su web1, el análisis fundamental considera que los precios de los valores vienen determinados por la situación intrínseca de las empresas y de la economía.

Es por esto por lo que quienes realizan este tipo de análisis se dedican a estudiar las cuentas anuales de las compañías, las noticias relacionadas con ellas, las perspectivas de su sector, los indicadores macroeconómicos… Todo lo necesario para conocer al mínimo detalle qué está pasando con una empresa cotizada. Este análisis se puede realizar a través de dos enfoques.

Por un lado, tenemos el llamado método top-down, que estudia primero las variables macroeconómicas y después las microeconómicas. De esta forma, primero analiza la situación económica mundial, después los países con más potencial para invertir, luego los sectores más atractivos y por último las empresas que despuntan en los mismos. Por otro lado, el análisis bottom-up lo hace al contrario2.

A partir de ahí, los analistas realizan una valoración sobre el precio que esa compañía debería tener en bolsa. Ese importe tiene el nombre de precio objetivo y es aquel que el analista considera que debería tener una empresa, es decir, el que cree que recoge su valor real. Es por eso por lo que puede ser mayor o menor a su cotización actual.

Análisis técnico

Por su parte, también según la definición de la CNMV, el análisis técnico se basa en la evolución histórica de las compañías en bolsa y no utiliza la información disponible sobre los resultados empresariales o las perspectivas macroeconómicas.

A partir de gráficos, los analistas técnicos intentan visualizar figuras para identificar pautas de comportamiento de los valores en el pasado que les permiten predecir su evolución futura. Con esa información, emiten una valoración sobre la compañía.

Este tipo de análisis se basa en tres principios: toda la información disponible de una empresa está recogida en su cotización; los mercados se mueven en tendencias (ya sean alcistas o bajistas); y el comportamiento de las personas suele ser similar en situaciones parecidas3.

Cada analista tiene en sus manos decidir qué tipo de estudio le resulta más interesante o clarificador, teniendo en cuenta que en ambos casos hay un componente inevitable de subjetividad.

Análisis técnico y fundamental: pros y contras

Aunque estos dos tipos de análisis se hacen con la mayor rigurosidad, lo cierto es que, como es lógico, ninguno puede predecir con exactitud cuál será el comportamiento futuro de una acción, pues hay acontecimientos que afectan a las cotizaciones y que no se pueden adivinar.

Asimismo, ninguno de estos dos tipos de análisis contempla los sesgos cognitivos que afectan a la toma de decisiones de inversión, como el exceso de confianza, el efecto halo o la aversión a las pérdidas4. Con todo, los inversores recurren mucho a estos análisis y existe un gran debate sobre cuál de los dos se acerca más a la realidad.

Ambos tienen sus puntos fuertes y débiles. A favor del análisis fundamental, se encuentra que aporta una valoración sobre las cotizaciones que permite establecer estrategias a largo plazo y ubicar acciones con valor más allá de su precio. Algo que, por el contrario, impide utilizarlo como referencia para las inversiones a corto plazo5.

Otro de sus puntos débiles es que, inevitablemente, la valoración que se realiza de las compañías tiene un componente subjetivo que depende de las variables a las que dé más importancia cada analista.

En cuanto al análisis técnico, sí es válido para la valoración de las compañías a corto plazo. No obstante, algunos expertos lo critican porque consideran que los precios se comportan de manera aleatoria y no tienen relación con series temporales anteriores. Es lo que se conoce como la teoría del “paseo aleatorio”6.

Como conclusión, análisis técnico y análisis fundamental se pueden complementar entre sí, y de esta forma, pueden ayudar a optimizar la estrategia de un inversor.